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Si acudimos al texto sagrado, podemos encontrar algunos indicios de vida personajes que llevaban una vida muy parecida a la monacal. Ejemplo de ellos son algunas comunidades presentes de manera especial en el Antiguo Testamento.
Los Nazareos, por ejemplo vivían separados de la comunidad, hacían un voto a Yahvé que consistía en abstenerse de toda bebida embriagante, de toda impureza legal, y en no cortarse el cabello jamás en signo de su consagración (ver: 1Sam 1, 11; Lev 10, 8-11; 21, 11; Núm 6, 1-21).
Las Comunidades Proféticas eran grupos de personas independientes o itinerantes que vivían la pobreza de su propio trabajo o de la caridad pública, giraban en torno a un profeta a quien consideraban como su padre. Generalmente se vinculaban a santuarios como el de Betel, el de Jericó, el del Monte Carmelo, etc. (ver: 1Sam 10, 5-6; 1Rey 18, 4,13; Am 7, 14; Zac 7, 3; Neh 6, 10-14).
Los Recabitas por su parte, son considerados como un clan que da pie a un grupo religioso extremista que protesta cuando el pueblo de Israel se asienta sobre las tierras de Canaán. Son la familia de Rekab que adopta un estilo de vida nómada, se retiran al desierto haciendo caso de lo predicado por los profetas como el lugar ideal para llevar una vida espiritual (ver: Jer 2; Os 2,16-18).
Los Asideos eran hombres devotos, piadosos y observantes de la ley. El libro de los Macabeos nos habla de éstos, hombres que se caracterizaban por llevar una vida de continencia, un gran amor a la Ley y una aversión total a todo lo pagano (ver 1Mac 7, 12).
Los Esenios son un grupo ascético radical que vive bajo la observancia de las reglas de la Ley de Moisés, viven en el desierto institucionalizados mediante una vida rigurosa y un radical perfeccionismo. Su afán en esta vida es seguir lo preceptos dictados por Dios a través de los profetas para lograr mar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia.
Los Terapeutas son una secta judía de carácter contemplativo, como su nombre lo indica, su finalidad en la vida era curar sus propias pasiones, pasaban la mayor parte del día en sus celdas, practicaban el celibato y vivían el ascetismo.
Por otro lado, en el Nuevo Testamento, no tenemos algún indicio que nos ilustre algunos personajes que llevaran una vida propiamente monacal.
No obstante que Jesús de Nazareth no fue conocido como moje, ni asceta, lo cierto es que fue un hombre corriente, un aldeano trabajador que eligió la virginidad y se dedicó de lleno al anuncio del Reino de los cielos.
Lo que más pudiera ilustrar nuestra reflexión en torno a una vida asceta documentada en el Nuevo Testamento, posiblemente sea aquella vida que tenían las primeras comunidades de cristianos, comunidades donde se vivían profundos valores humanos como la solidaridad, la fraternidad, los hospitalidad, la comunidad...
Si bien podrían no parecer más que otra simple forma de organización social más, los miembros de estas comunidades estaban unidos por una misma fe y por un mismo ideal que les ayudaba a sopesar y compartir las dificultades que conlleva la vida común, donde se anteponen los propios gustos y deseos a los del otro.
Las Comunidades Proféticas eran grupos de personas independientes o itinerantes que vivían la pobreza de su propio trabajo o de la caridad pública, giraban en torno a un profeta a quien consideraban como su padre. Generalmente se vinculaban a santuarios como el de Betel, el de Jericó, el del Monte Carmelo, etc. (ver: 1Sam 10, 5-6; 1Rey 18, 4,13; Am 7, 14; Zac 7, 3; Neh 6, 10-14).
Los Recabitas por su parte, son considerados como un clan que da pie a un grupo religioso extremista que protesta cuando el pueblo de Israel se asienta sobre las tierras de Canaán. Son la familia de Rekab que adopta un estilo de vida nómada, se retiran al desierto haciendo caso de lo predicado por los profetas como el lugar ideal para llevar una vida espiritual (ver: Jer 2; Os 2,16-18).
Los Asideos eran hombres devotos, piadosos y observantes de la ley. El libro de los Macabeos nos habla de éstos, hombres que se caracterizaban por llevar una vida de continencia, un gran amor a la Ley y una aversión total a todo lo pagano (ver 1Mac 7, 12).
Los Esenios son un grupo ascético radical que vive bajo la observancia de las reglas de la Ley de Moisés, viven en el desierto institucionalizados mediante una vida rigurosa y un radical perfeccionismo. Su afán en esta vida es seguir lo preceptos dictados por Dios a través de los profetas para lograr mar lo que Dios ama y odiar lo que Dios odia.
Los Terapeutas son una secta judía de carácter contemplativo, como su nombre lo indica, su finalidad en la vida era curar sus propias pasiones, pasaban la mayor parte del día en sus celdas, practicaban el celibato y vivían el ascetismo.
Por otro lado, en el Nuevo Testamento, no tenemos algún indicio que nos ilustre algunos personajes que llevaran una vida propiamente monacal.
No obstante que Jesús de Nazareth no fue conocido como moje, ni asceta, lo cierto es que fue un hombre corriente, un aldeano trabajador que eligió la virginidad y se dedicó de lleno al anuncio del Reino de los cielos.
Lo que más pudiera ilustrar nuestra reflexión en torno a una vida asceta documentada en el Nuevo Testamento, posiblemente sea aquella vida que tenían las primeras comunidades de cristianos, comunidades donde se vivían profundos valores humanos como la solidaridad, la fraternidad, los hospitalidad, la comunidad...
Si bien podrían no parecer más que otra simple forma de organización social más, los miembros de estas comunidades estaban unidos por una misma fe y por un mismo ideal que les ayudaba a sopesar y compartir las dificultades que conlleva la vida común, donde se anteponen los propios gustos y deseos a los del otro.
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